Padre Mateo Habiger OSB
Estoy muy feliz de estar aqui.
Esta será una homilía salida del alma… Les dará mucho que pensar, porque con la Gracia de Dios refleja muchas cosas que nos afectan.
Hablare acerca del plan hermoso de Dios para el amor conyugal, para el matrimonio y la familia. Para todas las cosas importantes en la vida, Dios tiene un plan, un diseño. El quiere que nosotros sepamos de ese plan, entonces escoger libremente aceptarlo, y vivirlo. De esta manera, nosotros encontraremos la felicidad.
¿Así que Cual es el plan de Dios para el matrimonio y el amor conjugal? Vuelva al principio, al capitulo 2 del libro de Génesis:
Génesis 2:23-4: Y el hombre dijo: Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada mujer, porque del hombre fue tomada. Por tanto el hombre dejara a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
El matrimonio, como Dios lo diseño, es entre un hombre y una mujer. Es un compromiso de la vida, y requiere la devoción y la fidelidad totales. El amor conyugal, como Dios lo diseño, hace el regalo total de un marido, de el mismo, a su esposa. Ella acepta ese regalo, y entonces, a cambio, ella hace el regalo total de si misma a el. Y el acepta su auto-donación. Es un regalo total, un regalo incondicional, sin ninguna reserva. Una pareja crece en su amor uno por el otro con el paso de los anos. Ellos forman una comunión de personas que comparten sus vidas, su amor, sus poderes vivificadores y su destino.
Puesto que simplemente, el plan de Dios para el amor conyugal es abstinencia total antes del matrimonio, la fidelidad total durante el matrimonio, y reverencia para la vida siempre.
Hoy hemos ido muy lejos y nos hemos desviado des este plan, y nosotros necesitamos llegar por si mismos a la verdad del amor verdadero. Mire la tasa de divorcios hoy: 40%, y esto solamente contando algunos. Ese no es el plan de Dios para el matrimonio. Por todo el país, uno de cada cuatro niños es abortado. Ese no es el plan de Dios para la vida humana. Hay el uso masivo de la contraceptivos y esterilización. Esto va en contra del plan de Dios para el amor conyugal. Ahora encontramos una apatía esparcida en la juventud para casarse. La cohabitación y las solas uniones del sexo no son los planes de Dios para la sexualidad humana. Necesitamos llegar al plan maravilloso vivo de Dios para la vida, para el amor, para el matrimonio, y para la familia.
Dios nos da mucha ayuda por medio de su Iglesia. La Iglesia nos da enseñanzas buenas acerca de la moral, para que podamos saber lo que tiene razón y es bueno. La Iglesia nos da los Sacramentos, especialmente los Sacramentos de las Eucaristía y la Reconciliación, para que tengan la fuerza para adquirir el auto-dominio y el autocontrol. Por la Iglesia, Dios nos da el Sacramento del Matrimonio para que podamos vivir los requisitos de la fidelidad total y se queda abierto a la bondad de nuestra fecundidad. Y la Iglesia nos ensaña la Planificación Familiar Natural (PFN) para que podamos ejercitar la paternidad responsable que utiliza medios moralmente buenos.
PFN nos enseña como valorar y entender nuestra fecundidad. Pero nos enseña mucho mas. Las parejas enseñan a otras parejas. Ellos aprenden mas acerca de lo importante que es “hacer el obsequio total del ser.” Ellos aprenden que ese amor es mas que gratificación instantánea; a veces demanda la paciencia, dando la prioridad a las necesidades del otro, e incluso un consentimiento para sufrir para el bienestar de otro.
Una persona que entra en la mentalidad de la contracepción tiene mucho que aprender acerca del amor verdadero, acerca del plan de Dios para el amor conyugal. PFN es exactamente lo que nuestros tiempos necesitan. Es mucho mas que un método. Es una espiritualidad, una manera de vivir. Construye los matrimonios buenos, aumenta el amor entre los esposos, y tendremos familias sanas y felices.
Hoy hay algunas actitudes entre católicos que necesitan ser desafiadas.
Algunas personas piensan que la contracepción y esterilización no afectan su matrimonio. Pero mira apenas la tasa del divorcios hoy. Sube constantemente con la extensión de la contracepción. Muchas esposas se sienten que ellas son utilizadas. Ellas se sienten como objetos, en vez de personas. Muchas parejas se quejan acerca de una falta de comunicación. Pero esta falta de comunicación empieza en el dormitorio. Otra actitud contemporánea que necesita ser desafiada es que niños los son un subproducto del matrimonio. Ellos vienen cuando nosotros lo queremos, en el tiempo que nosotros lo queremos. Esta actitud implica que podemos controlar nuestra fecundidad. Los niños llegan a ser un bien, en vez de ser un estorbo; nos igualan a nosotros en su valor.
Usted oye a veces, “tenemos derecho a un niño perfecto.” Si el monograma revela un defecto, abórtelo. O usted oye, “Nosotros no podemos proporcionar cuidado a mas de dos niños.” Esto es algo como tener un `pasatiempo-familiar.´ ¿Ha oído usted esto antes? “ Nosotros los debemos espaciar cinco anos el uno del otro, porque nosotros no podemos tener dos en el colegio as mismo tiempo.” Todas estas actitudes implican que podemos controlar nuestra fecundidad. Pero el plan de Dios para nuestra fecundidad es que es siempre algo bueno, siempre un obsequio. Y nosotros lo deberemos estimar como tal.
Otra actitud que necesita ser desafiada es creer que esa contracepción es un gran adelanto tecnológico para nuestro tiempo. Elimina la necesidad para el autocontrol. Pero la virilidad verdadera no se fia de píldoras para sustituir para el autodominio. Cada persona joven debe adquirir el autodominio y la castidad. El Catecismo nos enseña eso: “la Castidad incluye un aprendizaje del autodominio que es una instrucción en la libertad humana. La alternativa es clara: un hombre gobierna sus pasiones y encuentra la paz, o el permite que el mismo ser dominado por ellas y llega a ser infeliz” (CCC #2339). Sin el autodominio que podemos solo tener el `sexo seguro´ pero nosotros no podemos tener el sexo bueno. ¿Lo que se llama el `sexo improtegido,´ que le dice acerca de la contracepción? ¿Lo protege de que? ¿De su esposo? ¿Del amor? ¿Del obsequio de la fecundidad? ¿Si un marido utiliza el argumento “Yo no puedo controlarme,” entonces lo que sucede en un viaje de negocios, o cuando su esposa esta enferma?
Hermanos y hermanas, la anticoncepción es un pecado muy serio, una ofensa grave contra el plan de Dios para el matrimonio y para el amor conyugal. Como todos los pecados serios, debemos arrepentírnos y confesarlo. Y, por supuesto, cuando estemos en condición de pecado, no debemos recibir el Cuerpo y la Sangre de Jesús hasta que nos hayamos reconciliado con El, en el sacramento de la confesion.
Hermanos y hermanas, todos nosotros debemos hacer un acto de fe. Confíe en Dios, no en la Píldora. La Píldora procura evitar los desafíos verdaderos; nos atrae en pensamiento que no hay necesidad de hacer sacrificios. Pero Dios quiere mas de nosotros. El quiere mas que nuestro dinero. El quiere a personas que vivirán para siempre. Usted quizás tenga que cambiar su vida, pero Dios le ayudara. El le mostrara la manera. Y el le dará la fuerza. Cuando nosotros dejamos de confiar en Dios, entonces nosotros confiamos apenas en nos otros mismos.
Piense acerca de que nuestro Dios nos creo y el universo entero por una razon: Il nos adora. Piense en nuestro Dios que nos creo como masulino y femenino, con el obsequio de la fecundidad, para que pudieramos aprender a como adorarlo. Piense en Jesus, el marido perfecto, que tanto adoro a Su novia, la Iglesia, que El estaba dispuesto a entregar Su vida por ella en la cruz. Piense en Jesus cuando El nos dice: “Vengan a me todos los que se encuentran cansados y fatigados. Tomen su cruz y vengan conmigo, y les dare descanso. Porque me carga es liviana y mi yogo is suave.”
Habra una presentacion mas corta inmediatamente despues de esta Misa in el _______________________ por Dr. ________________________ y _______________________. Yo cordialmente os invito a venir a estos eventos.
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